Este es el poder de
la literatura:
nos habla de alegrías
y nos hace bailar;
nos habla de penas
y nos hace llorar;
nos habla de retiros
y nos hace sentir
separados;
nos habla de amor
y nos pone
tiernos;
nos habla de peligros
y nos hace temblar;
nos habla de furias profundas
y nos hace ser cautelosos;
nos habla de indignación
y nos hace poner la mano sobre
la espalda;
nos habla de incitar a la acción
y nos hace arrojar la pluma;
nos habla de lo alto
y nos hace remontarnos
a las nubes;
nos habla de lo bajo
y nos hace rodar por los despeñaderos.
Sacude nuestro corazón
y deslumbra nuestros ojos,
pero no tiene nada que ver
con el embellecimiento estilístico.
(Encontrado en una antología de una recopilación de aforismos, proverbios, refranes, acertijos y juegos chinos del siglo XVII)