calladamente amargando
i las rosas del ensuefio
deshojando...
Ya no llegaras a donde
me he quedado analizando
la vida, donde vivla
sonando...
Amor, que vas por la vida,
te he quedado contemplando..
para el vulgo que escruta,
ni para los que quieren
buscar literatura:
yo escribo para aquellos
que han leído en mi alma
i para los que handado
plumajes de sus alas;
comprender mi alma enferma
de belleza, de hastío
al vivir la existencia
y, por fin, para aquellos
que han vivido un momento
la vida de mi vida
con sus remordimientos...
su cerebro glacial
ha podido decirme
que soi artificial.
Mi obra habrá de salvarme
la sinceridad flota
aquella que él no tiene
ni aun con él a solas.
por el motivo único
de haber por él!.. sentido
un cariño profundo.
Puedo arrojarle el guante:
mi frente esta elevada;
la suya, hacia el Supremo
Tribunal, va inclinada.
mi alma es muy infinita;
la suya le ha legado
al cerebro sus fibras,
i este cerebro solo
sabe de la analítica
i en la vara que él mide
no se mide la mía.
el vendaval se enfría
yo sé que el sol sus rayos
los despide de día.
Pero eso... ¿quién lo ignora?
mas, leer en las almas,
lo que nunca han escrito,
es la gloria más alta.
esculturas de carne,
en donde nuestras fuerzas
desorientadas caen,
nos hacemos artistas
para admirar la estatua
que el molde caprichoso
del pensamiento acaba.
nos inclinamos mudos
ante los blancos idolos
de carne de este mundo.
salir en raudo vuelo
i he querido seguirte
pero ya no te veo.
En vano te he llamado,
cerrando los resquicios
donde podía entrarse
la razon del olvido.
talvez a, donde anidan
los que no son ni buenos
ni malos en la vida;
a la fosa comun
de las vulgaridades
i te has mezclado tanto
que ya no puedo hallarte...
de un desaliento; irónica,
lloraba, revolcándome
en mi dolor a solas...
Revivían sus mofas
i (extraño sentimiento)
el sufrir era grato
a mi cerebro enfermo.
i el alma arrodillacla
media el pensamiento
en su estension mas cara.
Creí de la conquista
libar el vaso de oro
que me ofreció el análisis
de su mezquino encono.
Vanamente... hoi sus ojos
me miraron sin ira...
i me sentí pequeña
juzgándome yo misma!...
hacia aquellos pesares
que una pura inconsciencia
fué magnánima en darme.
Hoi día, que un desprecio
por todo siento en mi alma
solo mi fé primera
logra ser apreciada.
con crueldad por el suelo
i que ha dado, amargándome,
vuelo a mi pensamiento.
Era tan buena ¡tanto!
i así fuí iucomprendida
acaso hoi que he cambiado
me imploren de rodillas.
un altar i no dejas
que profanen la entrada.
Alimentan el fuego
de tus hondos sentires
virtudes que no se hacen
cenizas i las vives.
porque sabes sentirte
pequeña ante los grandes
arcanos que entreabriste.
a los hondos pasados
el presente te espera
para enclavarte acaso.
tu porvenir florido.
Celebraré en tu altar
extrahumanos ritos.
a su mansión de nubes;
juega con las estrellas
y de brumas se cubre...
Lo empuja una corriente
de aire viciado. Busca
pureza e ideales
en los claros de luna...
de su esperanza trunca
falsas resignaciones
al renacer las dudas.
sin decir... he vivido
la vida intensamente...
cansada me retiro,
al país de los soles...
aunque el hastio llore.
surcada de pesares
que destilan de un alma
un sombrío desastre
pudieron ser un día,
por el sol inundadas
tejidas en los aires
silbadas en las cañas
que saben de románticos
ensueños, que se mecen
al paso del remanso...
que encadenó mi vida
a la de quien ha muerto...
i con é1 mi alegría.
Por eso es que son frías
estas pájinas hondas
i destilan, por eso,
tanta hiel mis estrofas.
lo derrumba un ateo,
las cenizas calientes
lo levantan de nuevo.
El amor en mi alma
santo fuego encendía,
de un soplo lo apagaron
sus desdenes un día.
nuevo aceite en la lámpara
i con una sonrisa
se ha encendido la llama.
con los lazos azules,
con los que se sostienen
los astros i las nubes.
Somos dos vagabundos
sobre un mismo camino
dos almas que nacieron
para unir sus destinos.
de nuestras desventuras,
con una cruz a cuestas
saturada de brumas
no sentimos el peso
porque en nuestras cabezas
el amor se ha posado
como una recompensa.
que tracé aquella tarde
para volver al mismo
placer que anoto al marjen
de inútiles esperas...
vencida como entonces
i a mi amor desplegada?
se paraliza el viento;
el silencio ensordece
i voi emnudeciendo...
Solo el mutismo mio
encuentra eco en todo...
Se interpuso la vida,
cruelmente, entre nosotros.
a la que, tantas veces,
cruzó en peregrinaje
mi soñadora mente
me entrego sin reserva
para decirle: hermana,
eres tú de mi pena
que como tú es amarga.
tu frialdad que comparo
a aquellas sensaciones
que en mi vida dejaron,
aquella tarde, su alma...
i la mañana aquella
que palpe las mejillas
de mi amiguita muerta.
¡Oh mar!, abre tus ondas
deja que el alma mia
se recueste en tu seno
i se quede tranquila
como tus aguas buenas
i como las mejillas
de mi amiguita muerta.
Sentí batir de alas
cuando emprendí la fuga;
la explicación ansiaba
de una hipótesis única.
me traia la brisa;
perfumes, versos suaves
que nunca se recitan.
Palpé el amor inmenso
que tenía a la vida,
con sus llantos sus quejas
i bellezas perdidas.
Conocí que es mui grande
el alma en el silencio,
que sabe mas que todos
los librajos de peso;
i me lancé al estudio
de la psicolojía,
clarobscuro misterio
traducido en mi misma.
sobre mis ilusiones,
una noche en que mi alma
hilvanaba rencores.
Me habló mal de la luna,
me dijo que mis versos
eran palabras huecas,
que el soñar era feo...
estúpida la vida,
i que en su vasta frente
no había sello artístico.
Sonreía en la mesa,
con sarcasmo oportuno,
la calavera exótica
que me habla de otro mundo.
mirar de tus pupilas
un pasado tranquilo,
que mi älma adivina.
Tu frente, quebrajada
por el pensar, ostenta
surcos que envidiarían
mis hermanos poetas.
lo que sientes has dicho;
no conoces los versos
de Verlaine ni Dario
Pero, en cambio, es tan puro
tu corazon de niño
que sabe del lenguaje
acariciante i rico
de Romeo i Julieta...
No lo aprendiste en libros
i por eso te canto
i te amo así, sencillo...
desorientada, triste,
me arrojó bajo el ala
de un amor imposible.
el porvenir me encuentro
mui vieja a los veinte años
i seguirte no puedo
victimaria que lanza
mi alma sobre el pasado
sola i desencantada...
mis estériles rimas,
olvidando que mueren...
Junto a la losa fria
donde cayó su sombra
sólo altos cipreses
melancólicos, mudos,
me dicen que lo espere...
su pensativa frente!...
no quiero que despierte...
en que esta sumerjido!...
He llorado en la tumba
de lo desconocido...
audazmente sinceras
en estos versos, hijos
de mis buenas quimeras,
dirán como he cambiado
de aquel ayer... a hoi
amé, lloré, reí,
canté a un justo dolor,
Te espero en el cercano
recodo del camino...
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Juana Inés de la Cruz (1915) |
Juana Inés de la Cruz es el pseudónimo que Luisa Anabalón Sanderson (1892-1951) utilizó en sus primeros dos libros (Lo que me dijo el Silencio y Horas de Sol) y que posteriormente será conocida como Winétt de Rokha. Los versos que aquí publicamos pertenecen al libro Lo que me dijo el Silencio, que comprende 3 secciones: "Lo que me dijo el Silencio", "El jardín en la sombra" y "Psicolojía pesimista". Los textos se encuentran todavía dentro de lo que podría llamarse un "modernismo tardío", pero adelantan en parte las preocupaciones que desarrollará posteriormente en su obra y le permitieron ser considerada dentro de la gran compilación de autores "de calidad" de la literatura chilena dentro de la perspectiva modernista: Selva Lírica (1916).
La versión que presentamos aquí respeta la ortografía original de la época.
Para leer el texto completo en una versión pdf: Lo que me dijo el Silencio.
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