lunes, 21 de octubre de 2013

Canción de Hielo y Fuego (Juego de Tronos)



Yanina Piñones Araya

Versión alemana de Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin

Hablar de Canción de Hielo y Fuego (Juego de tronos para los que ven la serie y que acá abreviaremos como CDHF), la saga de corte épico medieval de moda en el último tiempo, es pensar de inmediato en novelas del mismo tipo de El señor de los anillos (LOR), Crónicas de la Dragonlance, El elfo oscuro y los reinos olvidados o Crónica del asesino de reyes. Sin embargo esta saga está mucho más viva que otras novelas escritas hasta ahora. ¿En qué radica esta “vida”? En las líneas siguientes se presentarán los elementos que hacen de esta obra, una obra sobre la vida misma.
En primer lugar, esta novela logra envolver a los lectores porque en cada página, y no son pocas, se teje una fantasía que desborda realidad. Olores, sabores, sensaciones que van más allá de la descripción para agradar los sentidos, tan típica en LOR. Cada descripción en CDHF se convierte en una evocación de sensaciones y vivencias reales, sobre todo de esas desagradables que diferencian la vida de la ficción y es en este punto que la obra gana fuerza y estatura en comparación con otras novelas mucho más pulcras, mucho más “ficticias”. Logra configurar un mundo en el que nos adentramos porque podemos identificar cada uno de sus elementos (los buenos, los malos… los demás).
 
Escena de la temporada 3 de la adaptación a televisión (Game of Thrones)

Por otra parte están los personajes que participan de este juego al que nos invita George R. R. Martin. Cada uno de ellos en un principio pareciera representar claramente algún estereotipo social, histórico, de género. Sin embargo, a medida que la lectura avanza, van desenmascarándose y mostrando toda su complejidad, sacando de quicio muchas veces al lector o ganándose favoritismos y, en muchas otras, decepcionándonos e impresionándonos a medida que avanzamos, página a página, con sus habilidades para ser parte de este juego que puede costarles la vida. Si no son lo suficientemente hábiles, si no se adaptan, si son demasiado buenos o demasiado malos, tarde o temprano caerán.
Es por esto que el lector sufre a ratos con esta obra en que ningún, y recalco, ningún personaje tiene su futuro asegurado hasta el final. Este toque, que a veces nos puede parecer cruel, provoca sin embargo, que sigamos leyendo pues siempre queremos saber qué pasará después con nuestros favoritos y con aquellos que empezamos a odiar con toda el alma. En eso consiste nuestra parte del juego en el cual Martin, bendito y odiado escritor (no puede demorar tanto en entregar cada parte de la saga), tiene la última palabra con la que logra sorprendernos  a cada instante , pues como si fuera un mago, saca conejos de los lugares más inimaginables.

 
Trailer de la cuarta temporada de la serie Game of Thrones

Finalmente, el marco para el juego está construido de tal forma que podemos identificar lugares y épocas de nuestro mundo que se encuentran disfrazados detrás de la ficción que sostiene la historia. Embellecidos algunos, retratados en su dureza y hedor otros, los parajes son reconocibles y podemos ver en Desembarco del Rey, en Invernalia, Braavos y Dorne atisbos de una época pasada del mundo en que vivimos.
     Leer Canción de Hielo y Fuego es entrar en un mundo sorprendente, tremendamente envolvente y apasionante que no defraudará a quienes gustan de estas historias épicas. Esta novela lleva al género épico para mi gusto, a su máxima expresión.


Notas:
Yanina Piñones Araya estudió Literatura en la Universidad de Chile y actualmente hace un postgrado en lingüística. Como lectora se ha dedicado a los textos de ciencia ficción y "fantasía", siendo autora de una obra todavía inédita de este último género.
La fotografía de los textos fue sacada por René Olivares Jara en una librería de Potsdam (Alemania). La escena de la serie fue sacada del sitio oficial de Game of Thrones en HBO.