martes, 3 de marzo de 2009

Ética v/s Estética: La muerte de Miguel Serrano





Miguel Serrano ha muerto y su muerte trae con él el problema del balance final de su legado. Personajes como él traen la dificultad de tener que juzgar su obra literaria a la luz de sus acciones personales. Leni Riefensthal hizo un gran documental innovando sobre las técnicas cinematográficas hablando sobre un congreso del Partido Nazi. En el caso de Serrano, pese a ser uno de los escritores de avanzada en los años 30, amigo personal de Hermann Hesse y de Karl Jung, fue uno de los más destacados dirigentes nazis en Chile, y sus reflexiones le dieron el reconocimiento de integrantes de este movimiento internacionalmente.

Una amiga se molestó cuando mencioné que Serrano era nazi. Entiendo que no se puede reducir todo Serrano a lo nazi, pero no deja de ser cierto que él mismo cultivó esa imagen. Dueño de una imaginación profundísima, de un mundo interior que pocos tienen, unió su literatura a panfletos burdos. Lo primero que leí de él fue su Antología del Verdadero Cuento en Chile" (1938), un intento por fundar una nueva literatura en la tradición nacional, y lo último un panfleto poco literario y muy paranoide sobre el nuevo logo del Gobierno de Chile, que según él sería un símbolo sionista encubierto.


Tengo la sensación de que Miguel Serrano era un buen escritor que desperdició su talento en el proselitismo de una ideología poco sustentable. Postuló la existencia de La Ciudad de los Césares, de bases nazis en la Luna, la inexistencia del holocausto, entre otras cosas. Todo eso no hizo más que ocultar una producción, ya de por sí arcana, que nos hablaba de la búsqueda de la esencia de nuestra propia personalidad, del mito.

No habrá una última palabra al respecto. Sus seguidores nazis hoy lo despidieron gritando frases en alemán, tocando una gaita y cantando cantos en mapudungún. Habrán leído sólo la letra de la paranoia y de la seudociencia. Habrán confirmado para otros que Serrano era ya un viejo gagá. Serán las próximas generaciones quienes resalten tal o cual característica de Miguel Serrano. Por ahora, hay que admitir que su nazismo hitlerista lo ha hundido en el mayor de los olvidos en las letras chilenas, y ese lazo es difícil de romper debido a lo dicho y hecho por el mismo Serrano.