lunes, 24 de septiembre de 2018

Ingeborg Bachmann

Ingeborg Bachmann (1926-1973)




[Los puertos estaban abiertos]


Los puertos estaban abiertos. Nos embarcamos,
velas delante, al sueño abordo,
acero en las rodillas y risas en nuestros cabellos,
pues nuestros remos se encontraban en el mar, más veloces que Dios.

Nuestros remos golpeaban las palas de Dios y dividían la marea.
Adelante estaba el día y detrás quedaban las noches,
arriba estaba nuestra estrella y debajo se hundían las otras,
afuera enmudeció la tormenta y dentro creció nuestro puño.

Sólo cuando una lluvia se desencadenó escuchamos nuevamente;
lanzas precipitándose y ángeles dibujándose
fijaron ojos más negros en nuestro oscurecimiento.
Destruidos nos quedamos ahí. Nuestro escudo voló:

Una cruz en la sangre y un barco más grande sobre el corazón.   





Todos los días




La guerra no vuelve a ser declarada,
sino mantenida. Lo inaudito
se ha vuelto cotidiano. El héroe
se mantiene alejado de las batallas. El débil
se ha movido a la zona de fuego.
El uniforme del día es la paciencia,
la condecoración la miserable estrella
de la esperanza sobre el corazón.

Ella es concedida,
si nada más sucede,
si el fuego de los tambores se acalla,
si el enemigo se ha vuelto invisible
y la sombra de la eterna armadura
cubre el cielo.

Ella es concedida
por la huida de las banderas,
por la valentía ante el amigo,
por la revelación de indignos secretos
y el desacato
a cualquier tipo de orden.

Traducción de René Olivares Jara





Poco conocida para el público hispanohablante, Ingeborg Bachmann (1926-1973) es una de las escritoras más importantes en la lengua alemana durante el siglo XX. Fue cercana al Gruppe 47 y en especial del poeta Paul Celan, otro grande de las letras alemanas y de la que fue su amante.

Escritora de un pensamiento profundo, se doctoró en filosofía con un trabajo sobre Martin Heidegger y se acercó en su práctica y reflexiones poéticas a la filosofía del lenguaje, en especial a las posiciones de Ludwig Wittgenstein.

Murió producto de las heridas provocadas por el incendio de su departamento en Roma. Se quedó dormida con un cigarrillo encendido, probablemente por influencia del uso excesivo de tabletas, adicción que había arrastrado por mucho tiempo. ¿Cuán buscado fue ese incendio? ¿Qué tan consciente estuvo Bachmann de que aquella noche del 25 de septiembre de 1973 iba a ser la última?

Los poemas que presentamos aquí es una traducción de dos poemas que pertenecen a sus primeras publicaciones.


Créditos:
Fotografías de Ingeborg Bachmann sacadas de www.faz.net y el blog El vuelo de la lechuza.