lunes, 23 de octubre de 2017

New African Movement



Pamela Uribe Valdés



Hace poco leí un artículo de Ntongela Masilela, profesor emérito del Pitzer College (California, USA), en el que reflexiona sobre la necesidad de incluir a intelectuales y escritores en lenguas originarias dentro de la historia de la literatura africana, intentando reescribir parte de esa historia. De esa lectura quisiera destacar el denominado New African Movement, concepto acuñado por Pixley ka Isaka Seme (1881-1951) en su manifiesto “The Regeneration of Africa” (1906). En él plantea la necesidad histórica de construir una "nueva modernidad africana" cuya esencia sería la liberación y la descolonización, desafiando e impugnando la hegemonía de la modernidad europea.

Pixley ka Isaka Seme (1881-1951)

Según lo señalado por Masilela, este movimiento duró aproximadamente un siglo. Su punto de partida se remonta al año 1862, fecha en que el intelectual y religioso Tiyo Soga (1829-1871) escribía la primera editorial de Indaba, medio de prensa (religioso) mensual principalmente en lengua Xhosa, destinado a entregar un espacio para la libre expresión de la comunidad. En este fragmento de la editorial que traduzco a continuación, Soga plasmó con claridad sus intenciones: “Veo este periódico como un contenedor seguro que preservará nuestra historia, nuestras tradiciones, nuestra sabiduría. Los hechos de la nación valen más que nuestros rebaños de ganado, dinero e incluso comida. Dejad que todas nuestras historias, folclor […] sean guardados en el contenedor de nuestra nación.”


Tiyo Soga (1821-1871)
 
El término de este movimiento está marcado por la masacre de Sharpeville ocurrida en 1960. Ese año la policía abrió fuego contra una manifestación pacífica opositora a la “Ley de pases”. Antes de continuar, creo necesario abrir un paréntesis para explicar en qué consistían los pases. Éstos eran documentos que debían portar todas las personas de raza negra, pues de lo contrario se exponían a juicio y prisión, en ellos se detallaba el ingreso específico de algunos de ellos a ciertos lugares reservados a los blancos. Cerrado el paréntesis, queda subrayar que la consecuencia de ese lamentable hecho fue la muerte de 69 personas negras, entre ellas mujeres y niños. Ese mismo año, el gobierno declaró Estado de Emergencia, lo que concluyó con la detención de 11.727 personas, el cierre del Congreso Nacional Africano y del Partido Comunista. Todos quienes no fueron detenidos debieron forzosamente pasar a la clandestinidad o al exilio, es decir, la mayor parte de los escritores e intelectuales que se reconocían como Nuevos Africanos.


Sharpeville
Créditos de las fotografías:
Pixley ka Isaka Seme y Tiyo Soga: Wikipedia
Masacre de Sharpeville: Rising Sun Chats Worth

lunes, 2 de octubre de 2017

Recibimos colaboraciones

Los invitamos a colaborar en el blog literario “El descanso en la escalera”. A final de año haremos una versión en revista de las mejores publicaciones. Por favor escribir al editor René Olivares Jara a: rene.olivares.j@gmail.com

lunes, 18 de septiembre de 2017

Hablando de alabanzas




Pamela Uribe Valdés


Creo que es parte de un gusto personal buscar lecturas misteriosas y libros jamás vistos en los anaqueles de las librerías comerciales. Creo, asimismo, que el libro que seleccioné para este comentario tampoco se encuentra en la Biblioteca Nacional o en alguna de las bibliotecas de las renombradas casas de estudio de este país. 

El libro al que me refiero es Izibongo; Zulú praise poems compilado por el capitán James Stuart y publicado varios años más tarde por Cambridge University en 1968. Sobre este texto hay numerosos temas interesantes que abordar, por ejemplo, que Stuart no era filólogo o académico, sino un militar que dedicaba su tiempo libre a investigar y documentar lo que observaba de la cultura zulú. Otro tema interesante es que esta compilación fue realizada en lengua vernácula, por lo tanto, fue traducida al inglés por Daniel Malcom quien fuera Inspector Jefe de educación en la ciudad de Natal y, finalmente, editada por Trevor Cope; profesor titular, en esos años, de lenguas Bantú en la Universidad de Natal.


Hay muchos otros asuntos interesantes sobre los cuales es posible investigar, sin embargo, en esta oportunidad, quisiera hacer referencia al izibongo como construcción poética. Este “género” oral, como señala en un artículo Kai Kresse de la Universidad de Londres, tiene como eje central la alabanza, tema que se mantuvo, pese a las variaciones históricas y a la interacción cultural.

En cuanto a su etimología, la palabra izibongo deriva del verbo en lengua zulú bonga que es utilizado por los hablantes para referirse a acciones como alabar, agradecer o adorar, mientras que izi- es un prefijo comodín que se usa como artículo, adjetivo posesivo o demostrativo. La palabra izibongo o isibongo también se utiliza para dar nombre al clan o designar parentesco, es decir, lo que nosotros conocemos como apellido.

En este sentido Vilakazi (autor abordado en un comentario previo) enfatiza que la esencia o secreto de la poesía zulú está en estos dos conceptos, en la familia y en la alabanza, pues el izibongo representa identidad y se puede utilizar para rastrear la relación de parentesco y la genealogía de una familia. En otras palabras, es una forma de trascender y preservar la historia, pues como señala el escritor sudafricano Herbert Dhlomo “la esencia de nuestro ser” se halla contenida en “el significado de nuestro nombre", y sobre estas tradiciones afirmó que “sólo pueden vivir a través de nosotros y nosotros a través de ellas”.


El izibongo del rey Shaka

Probablemente a algunos lectores les será familiar o habrá escuchado alguna vez el nombre de Shaka Zulu. Su vago o, tal vez, indeterminado recuerdo se debe a la miniserie de 1986 dirigida por Joshua Sinclair. Esta serie se realizó en base a los pocos pero reales registros que se conocen del rey Shaka, el monarca más famoso de su etnia. Su recuerdo y reconocimiento se origina, en gran medida, gracias a que un izibongo dedicado a él forma parte de la ya mencionada obra Izibongo; Zulú prise poems compilada por James Stuart. En este poema de carácter narrativo se nos describe la vida de este monarca zulú desde su infancia hasta su muerte, centrándose principalmente en sus cualidades como guerrero y su sentido de unificación de los pueblos del sur de África precolonial.

Shaka Zulu (1787-1828)


En el inicio del Izibongo del rey Shaka hay fragmentos que destacan por la fuerza y poder con que se le describe:
 
El que golpea pero no es golpeado,
a diferencia del agua.
Hacha que supera otras hachas
en filo;
Shaka, temo decir que es Shaka,
Shaka, el jefe de los Masobas.
El del silbido agudo, el león;
El que se armó en el bosque,
que está encolerizado.
Un furioso que está a plena vista
de todos los hombres […].

Son muchas las posibles interpretaciones de este texto. De ellas prefiero esbozar una breve reflexión considerando su importancia histórica, pues este poema puede ser leído como un texto identitario. Considerando lo anterior, la figura de Shaka se nos devela, por una parte, como la representación de la unificación del reino Zulú a través de la conquista de los pueblos que son integrados a la entonces emergente “nación” y, por otra, la representación que se quiere transmitir de esta poderosa comunidad en proceso de crecimiento. Pues este izibongo cumple esa función, de trasmitir una nueva forma de pensar a la entonces naciente comunidad africana. Un pueblo, que al igual que su rey proyecta un asombroso poder y ferocidad. Similar en función a la leyenda de Rómulo y Remo, surge un mucho más histórico Shaka, tan real y parecido a nuestro temible Lautaro, quien en palabras de Ercilla fuera por “las tierras” a “fuego y sangre sujetando”.


Nota:
Fotografías:
Portada de Izibongo; Zulú praise poems: AbeBooks.com
Ilustración del Rey Shaka: Wikipedia
 



lunes, 17 de julio de 2017

La gente de July


Pamela Uribe Valdés
Bandera de Sudáfrica (desde 1994)

La bandera actual de Sudáfrica fue adoptada recién en 1994 después del fin del apartheid. Sus múltiples colores: rojo, blanco, azul, verde, negro y amarillo oro representan, para muchos, la diversidad cultural coexistiendo en un mismo territorio. Nadine Gordimer aborda esa coexistencia, transformación y problemática histórica en su obra July´s people (La gente de July) publicada en 1981. Una novela en que Gordimer prevé el inevitable fin del apartheid y lo alegoriza por medio de la historia de la familia Smales compuesta por los padres Bam y Maureen, sus tres hijos y uno de sus sirvientes, su fiel criado negro: July.
 
La acción nos transporta a un suburbio en la ciudad de Johanesburgo en pleno levantamiento armado de la población negra. Pese a que los Smales nunca fueron partidarios de ese sistema, se ven enfrentados a la terrible situación de huir de su casa y abandonar sus comodidades para salvar sus vidas. Quien los guía hacia un lugar aparentemente seguro, sorteando parajes salvajes alejados de las carreteras plagadas de civiles armados, es July. A partir de ello vemos cómo la sólida relación entre una buena patrona (pues es Maureen la protagonista indiscutida) – una mujer justa, pero que al final de cuentas representa la autoridad–  y su criado se transforma y toma matices cada vez más inesperados. Una relación que cambia por el escenario y, sobre todo, por las circunstancias históricas, pues los Smales sin sus posesiones y su dinero (éste último pasa a ser solamente papel), son hospedados en el caserío de July, simbolizando la desintegración de ese poder históricamente arraigado en la minoría blanca.

Cartel en una playa de Durban en 1989. Se lee en 3 idiomas: "Según la sección 37 del código de leyes de Durban, esta playa es para uso exclusivo de gente de raza blanca."

Quienes más rápido se adaptan a esa forma de vida son los niños, mientras los padres atesoran una radio a pilas, único lazo con el mundo que ellos conocían, y a través de la cual escuchan cómo ese mismo mundo desaparece tras los saqueos y bombardeos.

Es evidente que además de explorar en las relaciones de poder, esta obra nos da luces sobre la construcción de una identidad que surge de la más profunda de las escisiones, pues la coexistencia entre ambas culturas se produjo gracias a las relaciones asimétricas de poder. En un contexto en que los roles cambiaron abruptamente July deja de pertenecer a la familia de Bam y Maureen. Una apropiación claramente establecida por la madre de Maureen al comienzo de la obra cuando se refiere a su criado como “nuestro Jim”. Ahora son los Smales quienes pasan a ser ante los otros la gente de July.



Imágenes: Wikipedia