martes, 2 de febrero de 2016

Pronto volvemos










Aunque este blog es bastante personal, no pretendo que sea un diario de vida. De ahí que en general no me interese hablar de mí, sino de los textos y sucesos que encuentro son relevantes a nivel general. Lo personal está en la selección, en los silencios, en la mirada sobre las cosas. Sin embargo, debido a esta ausencia tan larga, creo que es necesario explicar algunas cosa que pasan por ese nivel personal.

La página ha estado inactiva, pero no muerta. Este último año tuve que dejarla de lado para concentrarme en terminar mi doctorado. Sin embargo, ya ha acabado el tiempo de las lecturas kilométricas en horarios inverosímiles, de la escritura noctámbula y sin parar para cumplir con fechas de entrega. Ahora, con la tesis corregida y con la defensa hecha hace ya un tiempo, puedo retomar este blog dedicado a la literatura.

Consagrar la vida a esta actividad, hacer sacrificios personales que van desde pequeñas renuncias cotidianas a cambios radicales como irse a otro país y adentrarse en lo extraño, han hecho que en este tiempo me pregunte constantemente “¿por qué tanto esfuerzo en dedicarse tan profundamente a algo que algunos consideran una diversión menor (pues hay otras cosas realmente entretenidas), de un dudoso placer o, simplemente, algo inútil?” Es algo difícil de contestar y de seguro habrá tantas respuestas como personas. De todos modos, sería fácil atribuirlo a la vocación. A una especie de destino que nos llama desde ese futuro no acabado y al que vamos simplemente porque sí. Pero esa es la respuesta del que hace las cosas por costumbre.

A mí me fascina descubrir y descubrirme a medida que leo y escribo. Conocer las ideas y la vida de seres que vivieron, ya sea en otras épocas o en la imaginación de otras personas. Ahí hay una forma de entender la vida que, con frecuencia, aunque no sea igual a lo que podríamos pensar o estar de acuerdo, ilumina, en mayor o menor medida, una parte de nosotros. La literatura es un espacio comunitario, que llega incluso a sobrepasar la muerte. Ya decía Quevedo:

Retirado en la paz de estos desiertos
con pocos, pero doctos libros juntos
vivo con el comercio de difuntos
y con mis ojos oigo hablar los muertos.

La literatura es ese puente o esa ventana hacia otros mundos y hacia nosotros mismos. Es por eso que la literatura no es sólo lo “ficticio”, o una forma de comunicación ociosa o una forma de industria cultural. La literatura es una forma de vida. Sin duda no es la única, pero sí es un camino –y para mí el mejor– para darle un sentido a la vida por medio de la imaginación. De este modo, la literatura salta de la página y se instala en la manera en cómo entendemos el mundo y cómo nos comportamos en él. Es por eso que no podemos entender lo imaginario como algo contrapuesto a la realidad. Por el contrario, es una forma de expandirla. Por eso la literatura es una manera de ver el mundo en que vivimos con un ojo mágico.

Esta es la invitación. A imaginar. Y espero que esta página sea un espacio que ayude a eso.

Hasta pronto.