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Vicente Huidobro (19 años) |
En la vida se trata de hacer palpitar el corazón un
poco más ligero que de costumbre
*
Un hombre, un verdadero hombre, no tiene principio ni
fin. Como Dios.
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El héroe todo lo hace heroico en torno suyo; el amante
hace todo lo que le rodea amable y apasionado; el poeta hace todo maravilloso y
extrahumano junto a él.
Vivid cerca de estos hombres si queréis vivir.
Cuando en un hombre, por rara excepción, se juntan el
poeta, el amante y el héroe, entonces no le soltéis de la solapa si queréis
vivir en un milagro continuo.
Seguidlo en sus evoluciones, siempre que no temáis el
vértigo.
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En los escándalos sociales, generalmente los que dan
el escándalo son menos escandalosos que los que se escandalizan.
Esos infelices por algo
gozan de poderse mostrar escandalizados. Almas sucias que creen reivindicar su
interior con aspavientos exteriores.
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Un defecto afirmándolo (si sabes afirmarlo) se
convierte en calidad.
Una calidad endeble, desvaída, sin color, se convierte
en defecto.
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“El amor y la razón son dos viajeros que nunca moran
juntos en el mismo albergue. Cuando el uno llega, parte el otro.” Esta frase es
de Walter Scott. Pienso, como Stendhal, que el hombre que no ha amado
apasionadamente ignora la mitad más hermosa de la vida.
Como son muy pocos los hombres capaces de grandes
amores, de ahí que hay tan pocas vidas realmente hermosas.
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Hay hombres demasiado
razonables para poder ser razonables.
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No hay nada más difícil que saber ser loco. ¡Qué
cantidad de buen criterio se necesita para ser loco!
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No eches agua en tu vino. (Consejo de un escritor.)
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Sólo un loco sabe distinguir dónde termina la razón y
principia la locura.
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La pretensión de los cuerdos consiste en creerse locos
y la pretensión de los locos consiste en creerse cuerdos.
Los hombres quieren divinizarse y los dioses quieren
humanizarse.
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Un hombre lleno de prejuicios es como una cara hermosa
cruzada de tafetanes.
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Hacer lujo de una
virtud es convertirla en vicio. (Y sobre todo indica no poseerla naturalmente,
sino estar admirad de poseerla.)
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Ayúdate, que Dios no te
ayudará.
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Dios propone y el
hombre dispone.
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Un hombre sin cadenas desconcierta a los otros
hombres. Su libertad, su emancipación de toda esclavitud es un insulto.
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Una reina desnuda es
una mujer; una mujer desnuda es una reina.
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Y el tonto obedece y se cree fuerte y proclama el
vigor de su voluntad.
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Esa perla sola, triste
en el pecho de esa dama, ¿te acuerdas?, parecía llorar recordando su ostra (y
las historias de naufragios que le contaban los caracoles en su infancia).
*
Has despedazado las
leyes de tu corazón para someterte a las leyes de tu tribu.
*
Un moralista: Un señor
que sufre vértigo al mirar su corazón y se cubre los ojos con las tablas de la
ley.
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¿Eres un hombre o un
hombrín?
Arroja al mar tus
prejuicios, arroja al mar los principios, arroja al mar el deber, arroja a las
olas la moral, arroja a las olas las conveniencias y tu seguridad.
Abandona tu familia, tu
hogar, tu patria y no me sigas.
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Se llama hombrín todo
aquel que renuncia a vivir su vida, que renuncia a su propia persona, en nombre
de vagos acuerdos tomados por personas extrañas.
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El hombre es un animal
tan serio que todo lo toma en serio. Es una bestia cargada de problemas, tan
cargada que nunca alcanza a llegar al término de sus días (se muere de fatiga a
mitad de camino), el pobre burro trascendental.
*
La voluntad da
martillazos en el corazón. El hombre se convierte en un animalillo prudente.
Tantea y no se arriesga.
Me place pensar hasta
dónde llevará al hombre el afán de dominar los instintos.
¿Es que vamos a
convertir el mundo en una marmolería?
*
Te veo pálido, cabizbajo, triste, avergonzado. Se
diría que andas escondiéndote de tu propia persona y de los demás como un
verdugo. Eres el verdugo de ti mismo.
Da
rienda suelta a tus caprichos, cobarde; recobra la alegría del hombre sano que
baila desnudo en medio de la luz del sol.
Autores con una personalidad tan fuerte y tan
ricos en anécdotas como lo fue Vicente Huidobro, a veces pueden opacar una obra
genial. Y de las cosas que él escribió, sus aforismos, repartidos en unos
cuantos libros, quizás sean una de las zonas de su producción menos conocidas. Con
escasas palabras, muchas veces paradójicos y la mayoría de ellos polémicos, los
aforismos de Vicente Huidobro hacen gala de la frase “menos es más”. Sin ser
poemas, pero a medio camino de serlo, con su destreza verbal y la verdad que
late en ellos, sin duda sus aforismos son más dignos que los simples
“pensamientos” que adornan las páginas de los diarios de vida adolescentes.
Ellos conversan permanentemente con el contexto histórico que los inspiran y
llegan a nosotros con igual fuerza que entonces, con una crítica social que todavía
está vigente.
Los textos acá seleccionados pertenecen a la
obra Vientos Contrarios, en la
versión que se encuentra antologada en el libro Poética y Estética Creacionistas (México D. F.: Universidad Nacional
Autónoma de México, 1994).
Foto de Vicente Huidobro: Memoria Chilena.