Cada vez que
se entrega un Nobel de Literatura hay polémica, ya sea por lo ausentes, por los
perdedores, por los eternos candidatos, por todos aquellos que “lo merecían más”, etc. Sin duda este premio, más que otros homólogos de ciencia, da mucho
que hablar en los medios y llena páginas con polémicas, especialmente en el
ámbito político. Se sabe, por ejemplo, que por varios años EE.UU. presionó para
que Pablo Neruda no obtuviera el Nobel. Aquello quedó especialmente patente en
1964, año en que sonó muy fuerte el nombre del poeta chileno. Sin embargo, como
no se puede controlarlo todo, aunque Neruda no ganó, sí lo hizo otro
intelectual marxista: Jean-Paul Sartre (1905-1980), aunque finalmente lo
rechazara. Otro caso polémico es el del ruso Boris Pasternak (1890-1960), autor
de Doctor Zhivago, quien obtuvo el
premio en 1958, pero que debió rechazarlo no tan voluntariamente como Sartre, pues
se vio presionado por las autoridades soviéticas.
Boris Pasternak (1890-1960) tuvo que declinar el Premio Nobel |
Como se ve,
un premio como el Nobel de Literatura no es sólo un premio al mérito literario
y, aunque los miembros de la Academia Sueca reitere una y otra vez que en el
premio no influye ideologías, sin duda que en el caso de su versión literaria
sí han intervenido contextos, tendencias, intereses políticos e instituciones
que no se dedican simplemente al ejercicio de “las letras”. ¿Qué hace distinta
esta versión? Lo obtuvo un “músico” y no un “poeta” o un “escritor”, en sentido
estricto.
Pese a lo que
pueda uno pensar, hay que agradecer la polémica. Los últimos años han estado
marcados por autores apenas conocidos y/o marcadamente impulsados por el
conexto político. Pienso en Tomas Tranströmer (2011), Mo Yan (2012), Svetlana
Alekzievich (2015). ¿Quién los recuerda un año después?
Lo literario
Esta versión
del Premio Nobel ha traído a lo público la hace ya un tiempo académica pregunta
por “¿qué es la literatura?” Esta inseguridad respecto a lo “literario” es lo
que tiene a muchos investigadores más interesados –o simplemente dedicados– a
estudiar cartas y diarios de vida de monjas medievales o sujetos subalternos
pre o postmodernos que dejaron alguna obra olvidada en un cajón. Sé que es una
simplificación, pero lo que comúnmente era algo sólido -“lo litererario”- ya no
lo es más para los propios especialistas. De ahí la oportunidad que nos da este
premio. Porque si bien las críticas han abordado en parte la calidad de los
textos de Dylan, la mayoría se basa en la falta de relación entre un premio
dedicado a la literatura y un cantante popular. Incluso la lectura de las
razones de la Academia Sueca para entregar el premio se anticipa a esta crítica
e intenta justificarse apelando a la tradición. Por un lado, al aspecto
actual/local y por otro lado, el universal.
Como afirma Sara Damius, secretaria de la institución, el premio lo gana
Bob Dylan, por “(…) haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran
tradición de la canción estadounidense.” Y más adelante agrega:
“(…)
si miramos para atrás, bien atrás, uno descubre a Homero y Safo, que
escribieron textos poéticos o piezas que estaban hechas para ser escuchadas,
representadas, a veces acompañadas con música. Y aún leemos a Homero a Safo y
los disfrutamos (…) Es lo mismo con Bob Dylan: puede ser leído y debe ser
leído.”
Homero, el Bob Dylan de la antigüedad |
La distancia
entre un premio literario con un cantante parece a simple vista tan grande, que
es necesario echar mano de clásicos absolutos de la tradición occidental como
Homero y Safo, aunque sea exagerado, como para comprender o justificar la
elección de Bob Dylan. Es de este hecho que algunos escritores han criticado la
adjudicación sin entrar en la calidad de sus textos. Por ejemplo, la escritora
alemana Sibylle Berg (1962) comentó e Twitter han aumentado dramáticamente sus
posibilidades de obtener un Premio Nobel de Física.
De
ahí también la queja de Stefan Dege, redactor de Cultura de la Deutsche Welle.
Para él, esta nominación significa “Un mal día para la literatura”, pues:
“Aunque
algunos no lo quieran admitir, el mundo literario está de luto. Editoriales,
escritores y lectores. Todos deseaban ese Premio Nobel. Y es que un Premio
Nobel de Literatura puede ser muchas cosas: el reconocimiento a una obra
literaria, como en el caso de Günter Grass; un estímulo para autores audaces,
como en el de la bielorrusa Svetlana Alexievich el año pasado; una señal
política, como ocurrió en el caso del chileno Pablo Neruda; o simplemente un
faro para la inagotable producción literaria. El premio que recibió Bob Dylan
actúa como un mal y premeditado reconocimiento a la nostalgia.”
A
eso hay que sumarle la tristeza de las grandes editoriales y librerías. El luto
que ellas tienen es más bien económico. A diferencia de otros años, ellas apenas
tienen qué vender a los interesados en un libro de Dylan, pues hay pocas cosas
mejores que un Nobel como para promover una producción literaria. Y si bien se
ha insistido en la cantidad de escritos de Bob Dylan como para justificar su
pertenencia también a lo literario
(véase, por ejemplo el artículo de La
Vanguardia “Todas las letras de Bob Dylan caben en un libro que pesa seis kilos”, en
las librerías, en cuanto a textos, no encontrará nada más que una novela (Tarantula, 1965, 1971), biografías y
muchas cosas anexas asociadas a su perfil de músico.
Personalmente,
no soy de los que critican a Dylan por no merecer el premio por ser músico. El
interés literario de Dylan es notorio. Sin ir más lejos, su mismo nombre
artístico está tomado de Dylan Thomas. Y si
no circula como literatura se debe más a los prejuicios instalados
respecto a las instituciones culturales que a la calidad que sin duda puede ser cuestionable, como toda producción. Pero
el formato no tendría por qué ser un impedimento de hacer “poesía”. En Chile
tenemos el caso de Mauricio Redolés (1953). Y si los modernistas que tanto
amaron “la musique avant toute chose” no hicieron música de/con sus textos es
porque no tenían dedos para el piano.
Si
en algo debiera ser censurable Dylan en este caso, no es por su música, que es
para mí particularmente plana, haciendo escuela en una serie de autores y
grupos con buenas letras (o poemas, como quieran) y música con tres o cuatro acordes
repetitivos. Es cosa de escuchar “Heroin” o “Take a Walk on the wild side” de
The Velvet Underground (aunque Lou Reed se reivindica con el maravilloso
“Perfect Day”).
Buenas letras, pero aburrido. Pero buenas letras.
Criterios del premio
Lo que no me
gusta del premio a Bob Dylan es la anglofilia detrás del premio y una nostalgia
vestida de reivindicación. Por años Nicanor Parra esperó –y creo que ya dejó de
esperar– que le dieran el Premio Nobel. Ya no suena entre los candidatos, así
es que es posible que ya no lo reciba. Por años esperó también Jorge Luis
Borges que se lo dieran. Se cree que la visita que hizo al Dictador Pinochet en 1976 sepultó para siempre sus posibilidades. Algunos especulan que pudo deberse
al hecho de no haber escrito novelas, hecho que parece ser una excentricidad en
un autor como Borges, pues hay una amplia bibliografía sobre el tema. ¿Nunca un
cuentista ha recibido un Nobel? ¿Cómo se explica el premio a Dylan en ese caso,
si es que su única novela fue poco valorada por la crítica en general y ha
ejercido menos influencia que su producción musical?
Borges espera sentado que le den el Nobel |
A Dylan le
dieron el premio porque influyó en la generación de intelectuales que crecieron
oyéndolo en su juventud y ahora ocupan espacios en instituciones como la
Academia Sueca, pero ya muchos años después de que fuera relevante.
Posiblemente porque ahora, como ya se mencionó, es el momento en que las
fronteras de lo que los especialistas llaman literatura se ha estado
difuminando, ampliando las posibilidades de “comprender” esta asignación. Si
ahora es polémico, hace 30 o 20 años atrás habría sido imposible.
Créditos:
- Foto de Bob Dylan: http://www.jotdown.es/2012/05/cincuenta-razones-por-las-que-nos-sigue-gustando-bob-dylan-i/bob-dylan/
- Foto de Boris Pasternak: http://www.russkiymir.ru/upload/medialibrary/880/880c6dad95dbca5834364dcc688541de.jpg
- Foto de Boris Pasternak: http://www.russkiymir.ru/upload/medialibrary/880/880c6dad95dbca5834364dcc688541de.jpg
- Imágenes de Homero y Borges: Wikipedia.
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