miércoles, 19 de abril de 2023

En Oromo Forrahue no había luz

Cristian Oyarzo

 

 


En Oromo Forrahue no había luz. En las  noches, cuando cruzaba de la mano de mi padre la plaza de Purranque, no tenía ojos para otra cosa que los destellos de las teles pueblerinas entre los visillos. Alguna vez, caminando en lo oscuro por el viejo camino que lleva al puente, le reclamé por qué no teníamos. Pero él era de no contestar mucho mis preguntas. Solo dio una pitada más y se encendió la única que conocí durante toda mi infancia, la de las brasas de su cigarro. Vivía en una casa sobre una cuesta, desde la cual todas las mañanas podía ver rebaños de ovejas pastando entre la niebla. Tenía la biblioteca que abandonó mi tío Héctor por arrancar de los milicos y cuando terminé el último libro seguía triste por su ausencia. Tenía un huerto con tablones llenos de arvejas y habas y una quinta con cerezos, manzanos y maqui. En el verano podía nadar en el río todo el día y chutear en la pampa hasta que la pelota no se viera, pero al llegar a casa y entrar en la penumbra de las velas no tenía luz.

Anoche una vez más se cortó en la Villa Olímpica. Encendí una vela para leer, como hacía cuando niño.

 

"En Oromo Forrahue no había luz" es un relato que pertenece al libro Purranque, del autor chileno Cristian Oyarzo.

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