viernes, 24 de agosto de 2007

El arquetipo de la cosa


En esa sociedad al llegar a la mayoría de edad todo joven debía cumplir con un rito sagrado: elegir su nombre y determinar cuál apellido habría de llevar, pues es un derecho llamarse por lo que es y no por el deseo. Entonces amaban la libertad y los símbolos.

Había quienes pensaban en sus recuerdos, en sus huellas, en su amor. Otros, como Juan, en quien pegaba más fuerte, o quién lloraría menos.

2 comentarios:

Jucemar dijo...

¿cuál es tu nombre?
No, tu nombre, ¿qué viene antes del nombre?
en francés...¿prènom?
El nombre que te han puesto o que tú te has dado en la imitación.
No hay originalidad en el nombre.

¡Pero qué diablos, Cristian!
^_^

René dijo...

Aunque el nombre no es la cosa.
¿Por qué no te cambias el nombre Romeo?
¿La rosa dejará de ser rosa si cambia su nombre?