jueves, 24 de abril de 2008

Ya hemos tenido suficiente


El Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucional la entrega de la píldora de anticoncepción de emergencia en el sistema de salud público. Que la píldora no se distribuya gratuitamente en el sistema público significa que hay que comprarla. Significa que quienes tengan los recursos pueden acceder a ella en farmacias. Entonces, nos encontramos con que hay mujeres constitucionales y mujeres inconstitucionales, como ironizaba alguien por ahí. Son increíbles el clasismo y la intolerancia de quienes propugnan esta medida, verdaderamente.
Cinco personas -José Luis Cea Egaña, Raúl Bertelsen Repetto, Mario Fernández Baeza, Marcelo Venegas Palacios y Marisol Peña Torres- (¡vergüenza de sus nombres!) han decidido por un pueblo entero, pero no en representación de la mayoría, sino de la minoría. Cinco personas quieren hacernos creer, contradiciendo toda evidencia científica, que la píldora es abortiva. Cinco personas se han burlado de las políticas de salud pública del Gobierno. Cinco personas ponen su moral, sus cinismos, su dios, sus dogmas, por sobre la autonomía de las personas. Y los dejamos. Los dejamos hablarnos de derechos humanos y del derecho a la vida.
¿Los dejamos? No tanto.
El martes tuvimos que salir a las calles para expresar nuestro repudio al fallo del TC. Estuvimos en las calles porque no nos parece justo que cinco personas puedan coartar la autonomía de la mujer para decidir por sí misma cuándo quiere tener un hijo. También para dejarles claro que no caemos en su mentira: la píldora no es abortiva. Y porque es aberrante que interpreten a su antojo y conveniencia la Constitución; porque su fallo no tiene carácter técnico, como debería ser, sino que responde a sus dogmas religiosos y a su moral de antaño. Porque no es justo que se niegue la anticoncepción a las mujeres de más escasos recursos, porque nadie considera los casos de violación, porque no reparan en que esta medida no hará más que aumentar la cifra negra de abortos y las muertes por ello. Porque queremos que se respete el derecho de las persona a decidir sobre su sexualidad. Cinco personas no nos dirán cómo ni cuándo.
Por ahí había también un puñado de unas ¿cuatrocientas? personas, en su mayoría universitarias adherentes a Muévete Chile y probablemente las mismas viejas que lloraban cuando se murió Pinochet, con pancartas que apelaban por el derecho a la vida y acusaban de abortiva a la píldora. No sé yo con qué cara se atreve la Derecha a hablar de derechos humanos, con qué cara, si las generaciones de los que vivieron las torturas, los asesinatos y el exilio siguen aquí; con qué cara, si los jóvenes de ahora estamos viviendo con su Constitución ilegal, y no se nos olvida quién la hizo. No en vano se gritó el martes “¡Ahora, ahora, ahora quieren vida, cuando en la dictadura mataban con la DINA!”.

Nosotros estuvimos en las calles para expresar el repudio ciudadano al fallo del TC. Y ellos también estuvieron allí para que el país pudiese admirar la inteligencia de la Derecha, que quiere el progeso del país sin los vicios del progreso -como el aumento de las libertades individuales-. Reaccionarios.

El problema más grave es que este fallo amenaza la gobernabilidad demorática. ¿Hasta cuándo el Tribunal Constitucional? ¿Hasta cuándo vamos a dejar a la derecha -protegida "democráticamente" por el sistema binominal- cogobernar con la Concertación? ¿Hasta cuándo la Constitución del Dictador? Me pregunto ¿es esta Bachelet la misma que gritaba en su desesperado discurso electoral "¡cuando la Izquierda se moviliza, la Derecha tiembla!"? Que se movilice entonces, ¿qué está esperando la Presidenta? Los gobiernos de la Concertación apenas han intentado reformas al sistema electoral. Y si bien el plebiscito existe, no está disponible, porque la Concertación renunció, en las negociaciones de 1989, cobardemente y a puertas cerradas al plebiscito constitucional de iniciativa presidencial que estaba establecido en la Constitución de 1980. No es suficiente que la mayoría de los ciudadanos lo exijan, necesitamos un procedimiento imposible. No basta juntar firmas, ya se ha venido haciendo hace tiempo y no resulta nada; y si bien ayuda, no basta que los parlamentarios sigan promoviendo proyectos de reforma constitucional; ¿qué queda entonces? La descabellada alternativa de que la Presidenta de un golpe de estado y derogue por sí la Constitución, pero para eso necesita el apoyo del

Ejército y sería volver treinta años atrás; la ciudadanía debería entonces convocarse, como leí que hicieron los colombianos en 1989: en las elecciones que venían exigieron una asamblea constituyente, votando en una séptima papeleta (las otras eran para diputados, alcaldes, etc), estas papeletas no fueron escrutadas, pero tampoco ignoradas, se confirmaron en un referéndum oficial. Y lograron cambiar la Constitución. De todas maneras es la Presidenta la que tiene la obligación de pedir la participación de la ciudadanía si es que le interesa hacer algo realmente beneficioso
para el país. Pero también se necesita la voluntad del pueblo para tener una democracia de verdad.

¿Si no, para qué el derecho a voto? ¿Para que fundamentalistas de la fe escondidos en las facultades de derecho -sí, de la PUC y de la UAndes- decidan por nosotros? ¿Para ignorar a la mayoría?
¿Cuántas sorpresas más nos traerá esta "democracia" pactada hace 19 años con Pinochet? Yo les digo que ya hemos tenido suficiente. Nos veremos las caras, señores, más temprano que tarde.


Enlaces:
Video de la Marcha - Revista Paula

¿Y qué nos pasó mujeres?- Feministas Tramando
Movimiento por la Anticoncepción
Píldora del día después: a otro perro con ese hueso
La Alameda de la mayoría - Delarepublica.cl
La vergüenza del día antes - El Francotirador

5 comentarios:

blackjacket dijo...

hola rené...
soy natalia de la serena.
en relación a los argumentos que pones, desfavorables para quienes están a favor del fallo... dime... ´no te parece a ti que una declaración de inconstitucionalidad de un decreto reglamentario no pasa primero por aquello en que éste viola o incumple la constitucion y la ley, y no tanto por un tema de clasismo e intolerancia?
este tema me interesa bastante, y te invito a leer, en primera instancia, el art. 75 del codigo civil, donde dice que el juez tomará todas las providencias que estime necesarias siempre que crea que la vida del que está por nacer peligra.
por lo que escribes creo que no has leído el requerimiento o el texto completo del fallo (de casi 300 paginas). pues bien, te cuento que lo que se discute es la incapacidad del ejecutivo para dictar decretos de este tipo. un análisis del alcance de los decretos reglamentarios, hace que en materia legal, el n°48 sea simplemente contrario a la ley, sobre todo cuando ya la corte suprema había prohibido, hace un par de año, la circulación del levonorgestrel.
un abrazo
Natalia

René dijo...

Creo que la "pastilla del día después", más allá de su utilidad o de la discusión sobre su carácter abortivo o no, es un reflejo de la realidad social chilena. No soslayo la importancia médica o moral detrás de la famosa pastilla. Pero detrás de toda esta polémica podemos ver la imagen de nuestra sociedad: Un estado aparentemente democrático, pero con una sociedad con dinámicas autoritarias; fuerzas reprimidas por mucho tiempo y que ahora explotan de rabia porque sienten que ya fue mucho; la dependencia de facto de muchas decisiones de Estado de la visión de la Iglesia Católica, es decir, que el Estado laico, en los hecho no es más que una frase en la constitución y sólo eso. Esto último ha generado también un resentimiento cada vez mayor en ciertos sectores, sobre todo jóvenes, hacia la Iglesia Católica.

Sin duda, la "pastilla" es mucho más que ella. Es el canalizador de nuestros problemas sociales.

René dijo...

Natalia, ¿sabes dónde puedo tener acceso digital a esos documentos? Sería interesante leer lo que me dices, pero se me hace difícil tener acceso últimamente a libros.

De todos modos, creo que la ley no siempre está de acuerdo con lo ético y, por lo demás, si lo está, es siempre expresión de un grupo de poder y no necesariamente de "la voluntad popular".

blackjacket dijo...

hola rené... lo que dices es bien diferente a lo que dice el post original...
yo tengo todos los textos, te los enviaré por el msn.
no creas que en este caso la ley no fue muy ética o sólo se limitó a ser expresión de un grupo de poder. En estos casos suele suceder lo mismo que a los jóvenes con las doctrinas marxistas: se dejan llevar por el populismo inherente, por que suenan lindas y nada más, sin preguntarse por el fondo, el fundamento y el funcionamiento real de las cuestiones. Te lo digo por que leyendo el requerimiento, el fallo, los motivos del tribunal constitucional para acogerlo y otros, no veo puntos de coincidencia entre ellos y entre lo que el público dice. Un claro ejemplo es el post de esta página, que motivó mis comentarios. Al final se vuelven muy pasionales, y muy vacíos. No sé si eso sea sintomático de un momento en particular. No creo. Esto ocurre en muchas circunstancias y épocas, fundamentalmente fruto de ideologías petrificadas y discursos que ya muy poco significan.
No será posible acaso equilibrar un poco la balanza e intentar comprender los motivos que existen tras el pronunciamiento del fallo?
no he querido decir que tengo o no la razón, sino tan sólo hacer hincapié en la necesidad de dejar las criticas desinformadas y pasionales, para volcarse, en estos tiempos de necesidad, a una comprensión más cabal.
saludos

Mario Cabrera Abaroa dijo...

Tremenda discusión!
Todo suena denso y pensado. Pesado también.
Mas, quiero hacer un alcance: lo que Blackjacket (Natalia) dice sobre el post comentado, tiene un error, al parecer, pues cree que éste fue escrito por Rene, cuando la verdad es que no lo hizo él. Es otro el escrito por el susodicho.
Aún así la discusión estaba de pelos.