domingo, 5 de octubre de 2008

Hueso

Curiosa es la persistencia del hueso
su obstinación en luchar contra el polvo
su resistencia en convertirse en ceniza

La carne es pusilánime
Recurre al bisturí a ungüentos y a otras máscaras
que tan sólo maquillan el rostro de la muerte

Tarde o temprano será polvo la carne
castillo de cenizas barridas por el viento

Un día la picota que excana la tierra
choca con algo duro: no es roca ni diamante

es una tibia un fémur unas cuantas costillas
una mandíbula que alguna vez habló
y ahora vuelve a hablar

Todos los huesos hablan penan acusan
alzan torres contra el olvido
trincheras de blancura que brillan en la noche

El hueso es un héroe de la resistencia





Este poema pertenece al poeta chileno Óscar Hahn. Hace poco lo nombré en un comentario al poema del "Chico" Molina. La relación entre la muerte y nuestro mundo parece más profunda de lo que parece. Aquí, los muertos nos hablan con sus vestigios: los huesos, lo más profundo de nuestro cuerpo, lo que más dura después de fallecer.

Me sorprende el hecho de que tras la sencillez de su lenguaje exista una reflexión profunda. Una de las cosas que llama la atención es esta unidad de la vida y muerte por medio del vestigio. El hueso se vuelve un símbolo de la memoria. Mientras se recuerde, aquello existe todavía, pese a la muerte.

Respecto a lo anterior, sería erróneo pensar en una contraposición entre materia y espíritu, tan común en nuestra cultura. Existe más bien una unidad profunda entre ambas zonas por medio del hueso. Su precariedad reclama la vida a la que pertenecía y a la vez señala su calidad de muerto. En este sentido, la última frase cobra un significado especial.
¿Será una alusión a los problemas de los derechos humanos durante la dictadura militar? ¿o es más bien una reflexión más amplia sobre la existencia? Lo más probable es que ambas. Aunque escondidos por la tierra, ese hueso anónimo reclama una existencia olvidada, oculta, pero que nos reclama que la recordemos, que no se pierda en el olvido, pues el olvido es la verdadera muerte.

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