Pamela Uribe
Valdés
Creo que es parte de un gusto personal buscar lecturas
misteriosas y libros jamás vistos en los anaqueles de las librerías
comerciales. Creo, asimismo, que el libro que seleccioné para este comentario
tampoco se encuentra en la Biblioteca Nacional o en
alguna de las bibliotecas de las renombradas casas de estudio de este
país.
El libro al que me refiero es Izibongo; Zulú praise poems compilado por el capitán James Stuart y
publicado varios años más tarde por Cambridge University en 1968. Sobre este
texto hay numerosos temas interesantes que abordar, por ejemplo, que Stuart no
era filólogo o académico, sino un militar que dedicaba su tiempo libre a
investigar y documentar lo que observaba de la cultura zulú. Otro tema
interesante es que esta compilación fue realizada en lengua vernácula, por lo
tanto, fue traducida al inglés por Daniel Malcom quien fuera Inspector Jefe de
educación en la ciudad de Natal y, finalmente, editada por Trevor Cope;
profesor titular, en esos años, de lenguas Bantú en la Universidad de Natal.
Hay muchos otros asuntos interesantes sobre los cuales
es posible investigar, sin embargo, en esta oportunidad, quisiera hacer
referencia al izibongo como
construcción poética. Este “género” oral, como señala en un artículo Kai Kresse
de la Universidad de Londres, tiene como eje central la alabanza, tema que se
mantuvo, pese a las variaciones históricas y a la interacción cultural.
En cuanto a su etimología, la palabra izibongo deriva del verbo en lengua zulú
bonga que es utilizado por los
hablantes para referirse a acciones como alabar, agradecer o adorar, mientras
que izi- es un prefijo comodín que se usa como artículo, adjetivo posesivo o
demostrativo. La palabra izibongo o isibongo también se utiliza para dar
nombre al clan o designar parentesco, es decir, lo que nosotros conocemos como
apellido.
En este sentido Vilakazi (autor abordado en un
comentario previo) enfatiza que la esencia o secreto de la poesía zulú está en
estos dos conceptos, en la familia y en la alabanza, pues el izibongo representa identidad y se puede
utilizar para rastrear la relación de parentesco y la genealogía de una
familia. En otras palabras, es una forma de trascender y preservar la historia,
pues como señala el escritor sudafricano Herbert Dhlomo “la esencia de nuestro
ser” se halla contenida en “el significado de nuestro nombre", y sobre
estas tradiciones afirmó que “sólo pueden vivir a través de nosotros y nosotros
a través de ellas”.
El izibongo del rey Shaka
Probablemente
a algunos lectores les será familiar o habrá escuchado alguna vez el nombre de
Shaka Zulu. Su vago o, tal vez, indeterminado recuerdo se debe a la miniserie
de 1986 dirigida por Joshua Sinclair. Esta serie se realizó en base a los pocos
pero reales registros que se conocen del rey Shaka, el monarca más famoso de su
etnia. Su recuerdo y reconocimiento se origina, en gran medida, gracias a que
un izibongo dedicado a él forma parte de la ya mencionada obra Izibongo; Zulú prise poems compilada por
James Stuart. En este poema de carácter narrativo se nos describe la vida de
este monarca zulú desde su infancia hasta su muerte, centrándose principalmente
en sus cualidades como guerrero y su sentido de unificación de los pueblos del
sur de África precolonial.
Shaka Zulu (1787-1828) |
En el inicio
del Izibongo del rey Shaka hay fragmentos que destacan por la fuerza y poder
con que se le describe:
El que
golpea pero no es golpeado,
a diferencia
del agua.
Hacha que
supera otras hachas
en filo;
Shaka, temo
decir que es Shaka,
Shaka, el
jefe de los Masobas.
El del
silbido agudo, el león;
El que se
armó en el bosque,
que está
encolerizado.
Un furioso
que está a plena vista
de todos los
hombres […].
Son muchas
las posibles interpretaciones de este texto. De ellas prefiero esbozar una
breve reflexión considerando su importancia histórica, pues este poema puede
ser leído como un texto identitario. Considerando lo anterior, la figura de
Shaka se nos devela, por una parte, como la representación de la unificación
del reino Zulú a través de la conquista de los pueblos que son integrados a la
entonces emergente “nación” y, por otra, la representación que se quiere
transmitir de esta poderosa comunidad en proceso de crecimiento. Pues este
izibongo cumple esa función, de trasmitir una nueva forma de pensar a la
entonces naciente comunidad africana. Un pueblo, que al igual que su rey
proyecta un asombroso poder y ferocidad. Similar en función a la leyenda de Rómulo
y Remo, surge un mucho más histórico Shaka, tan real y parecido a nuestro
temible Lautaro, quien en palabras de Ercilla fuera por “las tierras” a “fuego
y sangre sujetando”.
Nota:
Fotografías:
Portada de Izibongo; Zulú praise poems: AbeBooks.com
Ilustración del Rey Shaka: Wikipedia
No hay comentarios:
Publicar un comentario