lunes, 1 de octubre de 2018

El Señor del Tiempo


Edgardo Anzieta




Qué hizo la casa sin nosotros
y eso que la queríamos
cómo se las arregló el caballo sin nosotros y también lo queríamos
la pared no es posible que haya dejado de existir sin nosotros
un pedazo de teja deslizada es importante como un sentimiento que tuvimos

cómo es que todo esto se derrumbó a pesar de mi cariño:

(las criaturas agradecidas vienen a comer a mi mano
lanzo hacia las multitudes el espíritu y el alimento)

el mar resuena hueco en mis manos
el mar lanza seres de la desdicha a la costa

está lleno de conchas y calcio por todas partes y es bonito
a pesar de todo mi cariño extremo es bonito lo despedazado

naufragio    instante    universo con su lustre

el universo va dejando huellas en el Tiempo
el universo borrando huellas en el Tiempo

multitudes de astros al infinito que nunca sabremos

edades vienen a devorar la mano del Tiempo
la Luz se arroja sobre los hechos

los hechos estelares van siendo borrados de la Realidad en su calidad de hueso

a la Realidad corren las criaturas como esos polluelos tiernos
confiados y alegres de la buena vida

todos esos instantes tienen millones de años de existencia


a dónde iré a parar con mi luto del panteísmo
la sopa está fría allá afuera siempre

yo pedía un poco de duración tal vez
todos pedíamos un poco de duración eminente

esta hambre no se sacia la sed no se sacia el agua de la vida no se sacia

todo el amor del mundo no se sacia

los animales no se sacian     se estremecen    se trizan

allá al fondo del patio suceden las cosas terribles y un pobre ser se orina en sí mismo

una nación pequeña tampoco se sacia en su cuchillo y el miedo

al fondo de las naciones pequeñas sucede lo terrible

el sol invicto y divino no se sacia

queríamos todo lo existente pero lo existente no persiste

no sabemos por qué nada persiste

cuesta pensar

sentir es doloroso

el amor era bueno como el vino
la embriaguez de andar desnudo por todas partes por el jardín era tan bello

terminar en tierra embriagado en la desnudez de andar por el jardín fue inmortal a veces

ahora toca andar reparando la cantidad de muertos que hay por los caminos
se trata de salvar a la cantidad de muertos que hay por los caminos

como un dios lanzo las palabras por los caminos predicando falsamente
nos es posible otra cosa que predicar falsamente la belleza

lo verdadero es imposible

no me es posible recordar la sagrada familia en que estuve
todos hemos tenido nuestra falsa sagrada familia que nos amaba

las palabras descienden humildes
las palabras descienden humildes ante las multitudes que no existen

los animales no escuchan
pastan  atardecen  se van para el horizonte  duermen en silencio la vida y no escuchan
pobres casi hombres primitivos al vivir

las palabras son inútiles y se pierden en la noche de los tiempos
por más que nos esforcemos las palabras se pierden en la noche de los tiempos

hay verduras temibles que existen para sí

nos aferramos a pedazos del barro primordial    todo es el barro primordial
guardamos con esmero la saltadura de la emoción de la sagrada familia falsa que se pierde en la noche de los tiempos

nos embarramos a más no poder como lo último que cabe con el barro primordial que no se entiende    terminamos exhaustos como una criatura que se orina en sí misma

masticamos con lentitud este tiempo este espacio de sabor salado
guardamos la sal de la vida y no tenemos idea lo que es la sal de la vida

esparcimos la sal de la vida predicando por los montes del Ideal enorme

repartimos el pan y los peces que no existen y que nadie cree

en noches muy profunda de profunda soledad recuerdo la lámpara que ardía al fondo del nacimiento

nos hemos quedado solos en el desierto con el leve ardor en la mejilla

sin embargo las condiciones del mito estaban dadas
tuvimos padre y madre
nacimos al fondo de la realidad
nos llevaron de allá para acá para escapar de la muerte

salvamos pajarillos de la trampa de los hombres    los echamos a volar
resucitamos al hombre con sus pústulas    el comercio
propusimos el pacto con el mar e hicimos figuras de barro

pero la física se escapó de las manos

las paredes se derrumban más allá del cariño

el universo se derrumba más allá del cariño

verdaderamente el agua de la vida no llega a los confines del alma:
los tiernos polluelos son triturados por la masa de la existencia

la física se escapó de las manos
nunca pudimos ser el Señor del Tiempo

los animales nos querían    los hemos exterminado por fuera      y nos queríamos por dentro

nunca hubo sagrada familia     ya hace demasiado frío
las palabras la lámpara    se apagan cada vez más   el barro es lo último dios que hay.

                                                                             6 abril  2018



El poeta chileno Edgardo Anzieta (Chillán, 1954) nos colabora en esta ocasión con un poema hasta ahora inédito, que complementa de buena manera lo que ya conocíamos de él y adelanta lo que puede ser un libro próximo. Para los interesados en su trabajo, una buena forma de entrar en sus textos es Antología del pan más blanco (2012), publicada por Eloy Ediciones. Pueden encontrar más de su trabajo poético en la revista de nuestro blog (http://eldescansoenlaescalera.blogspot.com/2018/06/la-revista-el-descanso-en-la-escalera.html), en donde también están publicados los dos primeros capítulos de su ensayo En torno al arte.


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