Ya está disponible para ustedes el segundo número de nuestra revista "El descanso en la escalera".
Nuestro segundo número ve la luz en un momento de precariedad en el mundo. Mientras aparecen estas líneas, en muchos lugares la
gente se encierra por miedo a contagiarse de un virus ubicuo y a la vez elusivo;
otras salen obligadas a exponerse para buscar el pan que poner sobre la mesa;
otras han perdido esa oportunidad. La miseria está más cerca de lo que
pensábamos hace unos meses atrás. Así, a los muertos se suma la intranquilidad
de no saber cuándo terminará todo, si es que termina.
Y es en medio de esta incertidumbre que nos queda preguntamos, ¿cuál es el sentido de la escritura? ¿Por qué molestarnos en poner en el mundo unas palabras que no darán alimento ni sanarán a nadie? Ante lo urgente, un cuento, un poema, parecen perder su sentido. ¿Qué pueden hacer unas palabras frente a la enfermedad o la muerte de un ser querido? La vida y toda su tragedia parecen minimizar la importancia de los productos de la imaginación. Y, sin embargo, permanece. Ese cuento, ese poema, son ventanas en las que podemos ver el diálogo entre nuestro mundo y su posibilidad. Escribir es un acto de comprensión y de resistencia, un ejercicio “contra la muerte”. Porque no es en el vacío que han nacido estas palabras, sino en medio mismo de la vida.
Desde esta ventana puede verse la diversidad de las personas que han vivido a su manera su época y esta revista pretende ser la escalera que las comunique. Aquí conviven cuentos tradicionales africanos, fragmentos de novelas, poemas inéditos, traducciones y ensayos sobre lo cotidiano y lo profundo. Un elefante de un solo colmillo se pasea por una sabana y da paso a un brujo y su sombra. Más allá un amor permanece congelado en el vitral de una catedral. El tiempo y sus desafíos marcan el paso de Chile y sus poetas en la elegía social de la poesía chilena y en esa delgada línea que es “la frontera con los muertos”. Libros desconocidos o inéditos, tienen su diálogo en estas páginas que buscan aprehender la vida desde diferentes perspectivas. Así, continuaremos la aventura, aunque sea difícil, porque como dijo Rainer Maria Rilke “¿Quién habla de victorias? Resistir lo es todo”.
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