viernes, 11 de septiembre de 2020

René Olivares Jara
 
 

 
 
 
¿Habrá que cantar cada año
las palabras del once?
¿Repetir nuevamente
el horror
el martes perdido en la memoria
y reencontrado por las calles?
 
El diente perdido de mi padre
El abrazo de mi abuelo al encontrar
al hijo arisco salvado del olvido
El miedo de mi madre
de recoger papeles en la calle
de hablar sobre nosotros con extraños
con los amigos
con la familia
 
No hables con nadie de política
No hables de tu padre
No hables
 
No desaparecimos pero
callamos
estuvimos
permanecimos
 
Y aprendí que el afuera es peligroso
aprendí que hay mucha noche en el corazón de las personas
que entre nosotros viven asesinos
que los cuchillos creen tener honor
que las manos acarician
o queman con cigarros
que hay hermanos y hermanos
que la normalidad es frágil
y que el horror siempre está presente
pero que a veces se desata
 
Yo no estuve
pero estuve.
No vi los tanques
pero sentí la bota
No perdí mi diente de una patada
ni dormí en una cama enchufable
pero callamos mucho tiempo
y el once no es un número en el calendario
es la cicatriz en el corazón
la esquina en que dobló la vida.
 
¿Habrá que cantar cada año
las palabras del once?
¿Repetir tal vez
esperanza       horror      memoria?
Habrá que cantar cada año
mientras el once viva
todavía entre nosotros.
 
(11-09-2020)
 
 
 
 
 
Crédito de las fotos: (c) René Olivares Jara
 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias! un gran poema!

Apulso dijo...

Maravilloso René !
Un gran abrazo,
Denisse